La humildad es una virtud humana atribuida a quien ha desarrollado conciencia de sus propias limitaciones y debilidades, y obra en consecuencia. La humildad es un valor opuesto a la soberbia. Etimológicamente, esta cualidad viene de humus, que significa tierra fértil. Es lo que nos permite adoptar una actitud abierta, flexible y receptiva para poder aprender aquello que todavía no sabemos. La humildad está relacionada con la aceptación de nuestros defectos, debilidades y limitaciones.
Humildad como valor
Humildad como origen económico
Humildad como sumisión
En determinados contextos, la humildad puede referirse a la actitud de quien se somete o rinde a la autoridad de una instancia superior.
Por ejemplo, en las religiones, la sumisión está asociada al temor de Dios y el sometimiento a su voluntad.
En este sentido, comportarse con humildad implica también evitar actitudes de prepotencia ante un jefe o una autoridad policial y, más bien, optar por el acatamiento.
Humildad en la Biblia
Según la doctrina cristiana, la humildad es la actitud virtuosa que se debe observar ante Dios, ante su superioridad y perfección, y en plena conciencia de que ha sido Él quien ha concedido la gracia de la existencia.
Características de la humildad
- Comprender la igualdad y dignidad de todos los sujetos;
- Valorar el trabajo y el esfuerzo;
- Reconocer aunque relativizar las virtudes propias;
- Reconocer las propias limitaciones;
- Expresarse con afabilidad;
- Actuar con modestia, sencillez y mesura;
- Percibir las relaciones sociales desde la horizontalidad;
- Escuchar a los demás y tomar en cuenta sus opiniones;
- Respetar genuinamente a los demás.
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